En Buenos Aires el ruido. En Tucumán el silencio. La semana transcurrió con la dupla gobernante fuera de la provincia. Juan Manzur, el actual mandatario, se ausentó el martes. Se explicó que el mandatario recorrió oficinas públicas para confirmar que sigan en pie algunas licitaciones de obras financiadas por organismos internacionales. Nadie sabe (él tampoco lo dirá) si tuvo contactos con el ministro de Economía y candidato presidencial por Unión por la Patria, Sergio Massa, en su incursión porteña. Manzur prefiere no hablar públicamente de política. Por eso su entorno cuida de que no se involucre en polémicas. “Está en modo reflexivo”, explican sus allegados. La derrota en las urnas de hace una semana fue un mensaje también para el oficialismo tucumano. ¿Cómo es posible que en dos meses se pierda la mitad de los votos obtenidos en los comicios provinciales? Las respuestas son múltiples, pero la realidad habla por sí misma: una notable desmovilización de la dirigencia justicialista. Al massismo le hizo demasiado ruido que un bastión peronista como Tucumán haya cedido terreno ante la ola del león libertario. Javier Milei recibió respaldo de circuitos electorales que ninguna otra fuerza opositora pudo lograr.
Jaldo, tras la derrota en las PASO: “No hay que subestimar al electorado”En Buenos Aires se dijo que Osvaldo Jaldo, el gobernador electo y vicegobernador actual, se llegó hasta territorio del Frente Renovador para hablar con el mismísimo Massa. “Esa cumbre no existió”, se limita a responder el tranqueño, que estuvo desde el miércoles hasta el viernes en la -Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sí admite que mantuvo encuentros con los principales referentes del titular del Palacio de Hacienda. ¿Por qué no avanzó en un encuentro? El mandatario electo cuida las formas. No quiere ningún tipo de ruido en su relación con Manzur, mucho menos pasar por encima de él con un contacto directo con el tigrense. En todo caso, tratará de que, cuando se formalice una reunión, ambos estén presentes. No hay que perder de vista que la sociedad sigue firme hasta el 29 de octubre, cuando se produzca el recambio institucional.
Jaldo mantiene permanentes contactos con Massa. En varias charlas telefónica le prometió que Tucumán volverá a teñirse de peronismo y que para el 22 de octubre próximo, el apoyo será rotundo. El aparato proselitista de lo que fue el Frente de Todos por Tucumán está en el service. Los mecánicos trabajan para empezar a mover las piezas del andamiaje oficialista, de tal manera que el motor se ponga en marcha lo antes posible. ¿Cómo hacer campaña en un país devaluado por el gobierno que busca seguir en el poder? Ese interrogante condiciona el discurso de Unión por la Patria. Sin embargo, se sostiene que, una vez que llegue el desembolso de los U$S 7.500 millones del FMI, la situación se aclarará y, sin ese compromiso de por medio, el ministro hablará más como candidato con medidas que intentarán recuperar el poder adquisitivo de la sociedad. Uno de los focos estará puesto en la clase pasiva. Con la inflación galopante de dos dígitos que se espera para este mes y que se irradiará en septiembre, es probable que los jubilados y pensionados terminen el año con 50 puntos por debajo del índice de precios. A eso hay que sumarle el fuerte incremento en atención médica y en medicamentos. Los planes sociales se afianzarán. Es un freno a la indigencia y una contención económica para que los pobres se sientan menos pobres.
El oficialismo no puede digerir una de las peores derrotas de la historia del PJ tucumanoLos empresarios están preocupados. Observan que tantas necesidades financieras implicarían un aumento de la carga impositiva. De algún bolsillo saldrá el dinero para financiar tanto gasto público. En Tucumán, los hombres de negocios piden a las nuevas autoridades que simplifique trámites impositivos y que analice una baja en la carga fiscal, con el fin de que más contribuyentes se incorporen al tradicional zoológico en el que suele cazar el fisco. En los encuentros semanales, esos empresarios debaten la realidad política y económica con interrogantes que van surgiendo y de los que no hay certezas acerca de las respuestas. Hay inquietud acerca del pase de mando entre Manzur y Jaldo. “¿Hay dinero en la caja o Jaldo asumirá con urgencias?”, interroga un ejecutivo. “¿El Estado provincial pagará certificados o seguirá emitiendo cheques diferidos?”, pregunta otro. También hay un clamor: que Tucumán mejore su infraestructura para ponerse a tono con el resto de las provincias del NOA. “Es hora de que las promesas se conviertan en hechos”, expresa un empresario.
La devaluación causará un efecto secundario: el crecimiento de la demanda de servicios de salud en los hospitales públicos frente al incremento de los precios en el sector privado.
Además de la cuestión electoral, el Gobierno local no pierde de vista la relación fiscal Nación-Provincia. En menos de un mes se elevará al Congreso el proyecto de Presupuesto Nacional 2024. Tucumán no quiere quedar relegada en el reparto del dinero federal. De eso también se habla con Massa.